Comparto parte de los comentarios de la Dra. Perla Zayas de Lima sobre el espectáculo sobre Renate Schottelius en el que participé en el año 2017. Gracias por la lectura y la mirada tan valiosa de Perla.
La publicación completa en su blog está aquí.
RENATE VIRTUAL Y SUS ACTUALES. UN TÍTULO PERFECTO PARA UN ESPECTÁCULO PERFECTO.
Pensada
como “una cita al mundo poético y visión de la pionera de la danza
Renate Schottelius” -maestra de la danza que tuvo que emigrar de su país
natal, Alemania a la Argentina en 1936 debido al nazismo imperante
-, su creadora, la bailarina, investigadora y coreógrafa Susana
Szperling generó un espectáculo que reúne todos los elementos que hacen
a una obra de arte. Ante todo, lograr una perfecta síntesis entre lo
teórico y la práctica, emoción y técnica, oficio y espontaneidad, e
imbricar de un modo natural el mundo de la danza con el mundo cotidiano.
Como
parte del espectáculo, dos miembros del elenco brindan su testimonio.
El maestro y compositor Aníbal Zorrilla, sentado junto al piano
interrumpe la música para relatar su testimonio personal
“Conocí a Renate en el mes de julio del año 1978. Ella estaba dando clases en Boston y en Estocolmo y quería dejar de ir a la violenta Boston de aquellos años y en su lugar volver a Buenos Aires. Yo tenía 21 años, y norma Binaghi le había pasado mi teléfono a Ana María Steckelman, porque Renate iba a empezar a dar clases en el taller de danzas del teatro San Martín y estaba buscando un pianista que improvisara. Me tomaron una prueba que consistía en acompañar una clase de Graham que daba Cristina Barnils. Renate y Ana María estaban sentadas en un rincón oscuro tan ocultas que yo ni siquiera las vi, ya tenía bastante con entenderme con Cristina! Al final de la clase la secretaria me presentó a las dos y me comunicaron que querían que trabajara con ella. Ésa fue la primera vez que hablé con ella.
Trabajé con ella durante 20 años. Era un trabajo exigente pero me hacía feliz. Una vez ya no me acuerdo porque le pedí disculpas por algo y ella me dijo: “…por favor Aníbal, somos compañeros de trabajo!”. Para mí sobre todo en los primeros años esa no era de ninguna manera la situación, ella era una señora mayor, una personalidad reconocida y yo era un joven principiante. ¡Pensar que ella tenía en ese momento menos años que los que tengo yo ahora!
Tengo una imagen muy presente de Renate, siempre que estoy trabajando de pianista acompañante en algún momento me acuerdo de ella. Entraba a la clase con su malla negra, su una eterna polera amarilla y zapatillas de media punta, que se sacaba antes de marcar el primer paso, ya que daba las clases descalza. Tenía unos pies muy particulares, eran casi rectangulares, el dedo chico estaba prácticamente a la misma altura que el dedo gordo. Nunca volví a ver unos pies así.
La última vez que hablé con ella fue cuando ya estaba enferma internada en el hospital alemán. Cuando me vio tuvo momento de lucidez y me dijo: “Ay Aníbal, qué difícil es morirse… y todavía me falta un día”. Hizo una pausa y terminó: “Pensé que estaba preparada para esto”. Era un viernes, volví el sábado y Renate dormía. Estaba Doris Petroni también, nos quedamos un rato largo al lado de ella. El domingo a la mañana al llegar a la habitación la encontré vacía, limpia, impecable.”Este testimonio se relaciona con el que la propia Susana Szperling realiza en medio de su trabajo dancístico y en el programa de mano
“Cuando Roxana Grinstein me propuso realizar el homenaje a Renate, inmediatamente se erizó mi piel. Empecé a recordar sus clases en el Taller de danza del Teatro San Martín; yo era una adolescente. Me sumergí en un laberinto de preguntas y me acerqué a sus discípulos; junto a ellos descubrí su historia y me emocioné en cada encuentro humano. Ella también era una bailarina adolescente cuando tuvo que dejar su Alemania natal en 1936 por el régimen Nazi y emigrar a Argentina”
Y se complementa con los relatos de algunos de sus más destacados
discípulos entrevistados: Oscar Aráiz, Ana Deuscht, Ana María
Stekelman, Diana Theocharidis, Andrea Chinetti, Alejandra Vignolo, y
Marta Pérez Catán, que se transmiten en las panatllas de video
separadas en el foro por las columnas de la sala circular.
El
espectador llega a conocer de modo directo y profundo los tres aspectos
abordados por la obra: la personalidad, el recorrido y el legado de
Renate, pero también a percibir el talento de Susana como coreógrafa, y
gozar del trabajo que ella junto con Liza Rule y Mauro Cacciatore
realizan con sus cuerpos en el espacio real y en diálogo con el mundo
virtual que las tres pantallas ofrecen. Esa energía de la que hablaba
Renate, está presente en ellos también en las secuencias que muestran
aspectos del entrenamiento de los intérpretes.
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